La ejecución del deslinde amenaza en Dénia un patrimonio histórico y cultural milenario



JOSEP A. GISBERT SANTOJA. Arqueólogo. Noviembre, 2023

«Se trata de un deslinde agresivo y sin criterio, que no solo afecta a propiedades consolidadas, sino que además fragmenta la unidad de bienes culturales sin que tampoco el ayuntamiento lo haya tenido en cuenta»

«Son enclaves costeros centenarios, algunos de ellos milenarios, con claro vínculo con puntos de embarque y desembarque de mercancías, atestiguados desde la antigüedad clásica, además de una ancestral actividad pesquera»

En 1998, Juan Ferrer Marsal, dianense, unos años Director General de Puertos de la Generalitat Valenciana, complementaba su magnífica obra El puerto de Dénia. Una ilusión de progreso (1994) con la entrega de Las Marinas de Alicante. Ensenadas, castillos y puertos. Esta obra es crucial para entender la realidad geográfica y topográfica de nuestro litoral y nuestra costa.

Frente a una playa, al norte, en les Deveses,  marcada por un cordón dunar y amplia playa arenosa, Dénia ofrece un litoral de bahías y ensenadas que jalonan el norte y el sur del puerto ancestral de la ciudad milenaria.

Sin embargo, no se había  valorado el hecho incuestionable de que la costa de Dénia, entre el norte de la bahía de l’Almadrava, en el linde septentrional con el término municipal de Setla-Mirarrosa-Miraflor, Els Poblets,  y hasta el Baix del Cavall, sobre el que se asienta la Escollera Norte del puerto de Dénia, la orografía es variada, diversa y distinta a la playa arenosa del norte.

Este tramo es ahora objeto de un deslinde agresivo y sin criterio, que no solo afecta a propiedades consolidadas, sino que, además fragmenta  la unidad de bienes culturales.

Un tramo del trazado, ciertamente, presenta notables similitudes a las playas del norte del río Molinell (Oliva), en el área de les Marines, con cordón dunar y una geología marcadamente lacustre, reforzada por una rica y precisa toponimia, tal como Bovetes o Marjal. Otros tramos ofrecen un litoral distinto, con claras similitudes al de les Rotes, al sur del espacio portuario.

A ambos lados de la desembocadura del río Girona y l’Alberca afloran puntualmente plataformas rocosas, aunque con cotas menos prominentes que en les Rotes, en donde en los dos últimos milenios se han emplazado asentamientos humanos importantes y no efímeros, con periodos de actividad seculares. De norte a sur, entre el espolón norte que cierra la Bahía de l’Almadrava y la desembocadura del río Girona, está el emplazamiento de la villa romana y alfar de l’Almadrava, al norte de la desembocadura del río Girona (Siglos I – III).

Al sur, el complejo patrimonial y cultural de la Torre del Palmar, o de l’Almadrava, y la factoría pesquera de l’Almadrava del Marqués; factoría pesquera, ermita y asentamiento (siglos XVI – XIX).

Y más al sur, en Els Molins, el molino y otros vestigios de los “Molinos de Polart”. El topónimo Els Molins se refiere al emplazamiento antaño de un conjunto de molinos de viento harineros junto al mar (Siglos XVIII – XIX), de los que se conserva uno de ellos con casa/almacén anejo.

Sin olvidar, entre ambos,  la villa romana de l’Estanyó. Una villa romana cubierta por el cordón dunar, en actividad en el siglo III. Un gran complejo junto al mar, con vestigios que se extienden parcialmente sumergidos en el mar, bajo las dunas sobre las que se asentaron antiguas construcciones que formaron parte de las instalaciones del  Camping Diana. Los vestigios arqueológicos de l’Estanyó se hunden en la arena y emergen junto a la playa.

Las villas romanas de l’Estanyó, la villa romana de l’Almadrava, tal como la de Bovetes o Francs, nacen en torno a una vía de comunicación que, desde el siglo I, discurre paralela a la costa entre Dianium y Valentia, sorteando, en los términos muncipales de Dénia y Oliva,  lagunas lacustres y marjales inhóspitos.

Vía de comunicación poco segura en relación con la vía Saetabis- Dianium, el Camí de Gandía. En la edad media, esta via litoral, junto a la Senda de l’Almadrava, estructuran y ofrece conexión con los puntos citados: con las dos villas romanas,  con la Torre y factoría pesquera de l’Almadrava y con los Molinos de Polart.

Estos complejos se asientan sobre suelo firme y consolidado de arcillar rojas trabadas fuertemente con roca, de naturaleza holocena, aun perfectamente visibles en imágenes antiguas y hoy constatables mediante sencillas intervenciones de documentación geofísica y geológica que, sin duda, variarían e invalidarían algunos de los criterios en uso para la justificación de los deslindes. Su geología está perfectamente descrita y tipificada por los trabajos de Vicent Rosselló Verger, El litoral valencià (1969), José Costa Mas, El Marquesat de Dénia, Estudio geográfico (1977) y por los trabajos de valoración de la sedimentología realizados entre 1980 y 2000 por Carlos Ferrer, bajo la dirección de Pilar Fumanal, de la Universitat de València.

La protección del patrimonio cultural existente en este ámbito en el planeamiento urbanístico es la siguiente:

La Torre del Palmar o de l’Almadrava.

Bien de interés Cultural. Monumento,

La factoría pesquera o l’Almadrava del Marqués “Almadraba de los atunes”.

Bien de Relevancia Local. Yacimiento arqueológico.

El molino de Polart, en els Molins.

Bien de Relevancia Local. Molino harinero de viento.

La Villa romana de l’Estanyó.

Bien de Relevancia Local. Yacimiento arqueológico.

Estos complejos patrimoniales se hallan, en algunos casos, representados en la cartografía histórica secular. La  Torre del Palmar o de  l’Almadrava está presente ya en un mapa de 1575, poco después de su construcción, la almadraba de los atunes citada en la cartela de un oleo de la segunda mitad del siglo XVI, que representa el hallazgo de un mostruoso galápago, y la factoría pesquera está  representada gráficamente en mapas/planos del siglo XVIII. Los molinos de Polart se señalan como referentes topográficos de un naufragio en documentos de inicios del siglo XIX, el del Corsario francés  Zefarin en el contexto de la Guerra de la Independencia  y su actividad documentada durante buena parte del siglo XIX como molino harinero.

Son enclaves costeros centenarios, algunos de ellos milenarios, con claro vínculo con puntos de aguada, embarque y desembarque de mercancías, atestiguados desde la antigüedad clásica, además de una ancestral actividad pesquera.

Algunas de estas ensenadas son clave. Puntos de abastecimiento de bienes y la tipología de los hallazgos subacuáticos de su entorno establecen una clara conexión con oppidum/poblados ibéricos cercanos.

Los sucesivos ingresos al Museu Arqueològic de Dénia, procedentes de donaciones de hallazgos antiguos, así como las diversas intervenciones arqueológicas realizadas durante décadas, que han contado con recientes trabajos de posicionamiento, confirman estos usos desde época romana republicana (siglo I aC) hasta el siglo XX.

Asimismo, la detección de evidencias arqueológicas de cargas y pertrechos permite su vinculación a naufragios, a barcos hundidos con cronologías entre la antigüedad clásica (siglo III a. C.), medieval (comercio con el Reino de Granada nazarí), así como de los siglos XIX y XX, con abundante documentación histórica que describe la catástrofe y las labores de salvamento implícitas.

Así, el entorno de estos enclaves presenta una clara densificación de hallazgos arqueológicos subacuáticos que enriquecen el conjunto.

Corresponde a la administración autonómica, a la Generalitat Valenciana, y al Ayuntamiento de Dénia, la protección de estos bienes patrimoniales, de acuerdo con la legislación vigente en materia de patrimonio.

La Generalitat Valenciana, su nuevo gobierno, con celeridad, ha manifestado el rechazo al deslinde, competencia del Gobierno de España, y ha desvelado el impulso inmediato de una Ley Valenciana de Costas.

Con la legislación y normativa en materia de  patrimonio en sus manos, a nuestro modo de ver, cuenta con un instrumento fundamental como estrategia de presión y debe apostar por la unidad de los ámbitos de protección de los B.I.C. y B.R.L., evitando así trocear sin criterios claros, entre un dominio marítimo y propiedades públicas y privadas.

Sobre el papel desarrollado por el Ayuntamiento de Dénia, la reciente moción aprobada, por unanimidad, en sesión plenaria, que manifiesta la disconformidad y paralización del deslinde hay que tomarla con la cautela que indica la gestión del expediente.

La visura y timming de los informes emanados por la administración municipal evidencian, por una parte, una clara inactividad de la administración local desde que se notifica el deslinde hasta las vísperas de la ejecución de los mismos. Por otra parte, a excepción de uno de los casos, el del molino de Polart, no se valoran la afección de los ámbitos del resto de  los bienes patrimoniales expuestos, ni la conveniencia y la necesidad de su instrumentalización para diversificar un deslinde realizado a cordel y con corte abrupto sin contar con los valores históricos que fragmenta.   

Además,  hay constancia de cambios puntuales en la planimetría del Plan Estructural y General de Ordenación Urbana de Dénia, quizás aparentemente inmaculados, como algunas de las agresiones recientes al patrimonio, pero sin la debida advertencia a los propietarios de las parcelas y a la ciudadanía, con el fin de conseguir un Informe positivo por parte de Costas, imprescindible para la aprobación de planeamiento en vísperas de sufragio.

Créditos: https://lamarinaplaza.com/2023/12/02/la-ejecucion-del-deslinde-amenaza-en-denia-a-un-patrimonio-historico-y-cultural-milenario/?fbclid=IwAR2TZpflFnxRH_1oatvbavSVhMjTajtFmXSqkoehjewwJPFJVrVJeBbi67E

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