La discrecionalidad del deslinde: irregularidades y erráticos trazos en la línea de Dénia

26 DE NOVIEMBRE DE 2023 - 09:00J. Justo Moncho

La ejecución del deslinde en el litoral de Dénia ya está aquí y sigue habiendo demasiadas dudas por resolver para miles de vecinos y vecinas de la Marina Alta. Las viviendas afectadas llevan durante generaciones en sus familias, la mayoría, como las de Les Deveses, construidas a mediados del pasado siglo conforme las ordenanzas de entonces. Es decir, son viviendas que han cumplido la legalidad. No obstante, ahora una línea secciona el plano de la costa para marcar las propiedades que dejarán de pertenecer por completo a sus dueños. Para más inri, estos observan cómo la temida línea que debería ser uniforme y siempre paralela al mar, de pronto adopta misteriosas formas claramente premeditadas para decidir indultar algunas construcciones mientras sus vecinas se enfrentan a la cruz de la servidumbre.

El litoral de Dénia lleva meses en pie de guerra debido a la publicación del deslinde de la costa por parte del Ministerio, como ya ocurrió y se asumió anteriormente en otras poblaciones de la Marina Alta. Detrás de ello está la Ley de Costas que entró en vigor en 1988 y que se redactó para salvaguardar y proteger, como su nombre indica, la costa. No obstante, los vecinos denuncian en la capital comarcal una supuesta inacción durante décadas, en las que no han hecho uso de las herramientas que proporcionaba la ley para evitar el avance del mar. Solo ahora se han acordado de la ley para determinar la pertenencia de un suelo que ya tenía unos dueños.

Lo que delimita el deslinde

Con este deslinde habrá 135 viviendas de las playas norte de Dénia que pasarán a dominio público. Esto significa que, como mucho, los hasta ahora propietarios podrían lograr una concesión del Ministerio para seguir habitando la que era su casa durante un máximo de 75 años.

Por otro lado, también se establece la zona que pasa a ser de servidumbre, donde el número de domicilios afectados aumenta a unos 3600. Aquí la definición del área es más ambigua, pues dependiendo del caso puede permitirse un uso del terreno u otro. En Dénia, en esta zona con el uso legalmente limitado queda prohibido el uso residencial en cualquier modalidad. No significa que no se pueda vivir en esas casas, sino que no se permiten las nuevas construcciones en terrenos vacíos, ni ampliaciones. Incluso podrían poner impedimentos para tener que afrontar reformas después de que un temporal derribe un muro, como ocurrió en la primera línea de Les Deveses tras el temporal Gloria de 2020.

Lo que la servidumbre marca es que una construcción seguirá perteneciendo a sus dueños pero estos no tendrán la última palabra con respecto a ella. Habrá un órgano superior, el Ministerio, con poder de decisión sobre las casas.

Y más complicaciones: la compra-venta será prohibitiva ya que las entidades bancarias no conceden créditos para la adquisición de viviendas que se encuentran en zona de servidumbre.

¿Cómo se elige el deslinde?

Mientras que la zona de dominio público marítimo-terrestre se basa en lo que se considera ribera del mar, la zona de servidumbre debe regirse por unos criterios establecidos. Ahora bien, el Ministerio no es muy preciso. Según su descripción, la extensión de esta zona «podrá ser ampliada por la Administración del Estado, de acuerdo con la Comunidad Autónoma y el Ayuntamiento correspondiente, hasta un máximo de otros 100 metros cuando sea necesario para asegurar la efectividad de la servidumbre, en atención a las peculiaridades del tramo de costa de que se trate».

Diferencia entre la servidumbre de 100 y de 20 metros

No obstante, se hace una distinción entre si el suelo estaba considerado urbanizable cuando entró en vigor la ley o, al menos, se trataba de suelo consolidado al estar dos terceras partes de él urbanizado (con casas, calles...); o si era rústico y no cumplía la excepción de las dos terceras partes. En el primer caso, la zona de servidumbre puede llegar hasta los 20 metros desde la ribera del mar. En el segundo caso, se extiende hasta los 100 metros.

Esta diferencia a la hora de dictaminar el trazado de la zona de servidumbre en el norte de Dénia es fácilmente perceptible. Hay lugares donde el área se amplía sin un aparente motivo e introduce dentro domicilios mientras construcciones vecinas, estando a la misma distancia del mar, quedan fuera. Pero se debe a los criterios mencionados, pues la línea que delimita la zona de servidumbre (naranja en el plano que acompaña estas líneas) sigue paralela a la orilla ya sea a 20 o 100 metros.

El baile de la línea con independencia al mar

Ahora bien, existen puntos donde difícilmente se rigen por estos criterios. Según la Asociación de Defensa de las Playas Norte de Dénia, de hecho, «no hay ningún criterio». Fijándonos, se observa cómo la línea del deslinde en algunos tramos adopta extrañas formas independientemente de que la línea de costa se mantenga recta. Y detrás de esos trazados erráticos hay, por supuesto, una manos que los dicta.

Urbanización perfectamente contorneada para quedar fuera de la servidumbre de Dénia

Cerca de algunas promociones inmobiliarias el trazado se transforma con una precisión de cirujano para olvidarse de metros establecidos de distancia sobre la orilla y pasar a contornear edificios o urbanizaciones que quedan fuera de la zona de servidumbre. Y se da el caso de que justo al lado puede haber otro conjunto de viviendas similar sobre las que la línea cruza sin piedad y sin hacer distinción alguna, dejando casas dentro de la servidumbre y otras fuera, o incluso habitaciones de una misma vivienda en zona de servidumbre y otras no. En esos casos el deslinde no se ha adaptado y ha ido a lo fácil. ¿A qué se debe?

Desde la Asociación de Defensa de las Playas Norte sugieren que «puede haber delito de prevaricación», y estudian emprender acciones legales. No obstante, lo cierto es que desde el 88 que entró en vigor la Ley de Costas, los propietarios podían emprender negociaciones y seguramente estos beneficiados solicitaron abrir expedientes de modificación del trazado del deslinde. Estas promociones más hábiles y con más recursos, conscientes de que la ley durmiente en Dénia despertaría algún día, prefirieron cubrirse las espaldas y empezar estos largos procesos en su momento.

La línea que hoy se ve en naranja es provisional pues está sujeta a cambios de esta índole. Se pueden llegar a acuerdos y se han podido adaptar desde 1988. No obstante, la realidad es que el tiempo ya se acaba y los propietarios que ahora intentan transitar este camino no llegarán a tiempo a su meta.

Créditos: https://lamarinaalta.com/la-discrecionalidad-del-deslinde-irregularidades-y-erraticos-trazos-en-la-linea-de-denia/

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