De la Ley de Costas del 88 al deslinde del 23: lo que hay que saber para entender la situación del litoral de Dénia
«Costas ha puesto al lobo a cuidar del gallinero»: 90 años viendo al mar entrar en casa
«Despotismo, arrogancia y cinismo» frente a los ruegos de los vecinos de Dénia afectados por el deslinde
Así lo asegura el presidente de la Asociación para la Defensa de las Playas Norte de Dénia, Francisco Ros, que representa a miles de vecinos afectados por el deslinde de Costas. Pero, ¿qué está pasando y de dónde viene esta situación?
El proceso actual que ha sacado a las calles a cientos de vecinos no afecta solo a grandes proyectos inmobiliarios que nacieron con el boom del cemento y la especulación. Como suele suceder, los más afectados son familias que nunca construyeron a pocos metros del mar y nunca le quitaron un terreno que ahora recupera el agua, como se suele malinterpretar. Adquirieron un terreno para levantar una vivienda como quien compra un piso legal en un barrio céntrico de Dénia.
Ahora bien, imagina que después de comprar ese piso en Dénia sale una ley superior que le afecta directamente. Al principio parece una ley lógica y positiva, pues su principal objetivo es salvaguardar el mantenimiento y buen funcionamiento, por ejemplo, del alcantarillado. Hay que leer hasta llegar a punto que habla de que el Estado podría reclamar el edificio donde se sitúa el piso si el agua llega a él. Pero se deberían unir muchos supuestos y es imposible, aparentemente, ya que el objeto de la ley es evitar que eso suceda llevando a cabo los cuidados y el mantenimiento del alcantarillado que es su principal objetivo.
Una ley de doble filo
La Ley de Costas de 1988 es esa ley, que se presenta en su primer artículo de la siguiente forma: «La presente Ley tiene por objeto la determinación, protección, utilización y policía del dominio público marítimo-terrestre y especialmente de la ribera del mar». Los muchos metros de playa que había frente a las casas del litoral fueron desapareciendo a lo largo de los años. El agua empezaba a salirse de las alcantarillas, y nadie estaba velando por el cumplimiento de la ley, pues ni se revisaba el alcantarillado ni se estudiaban trabajos de regeneración. Se reclamaba, pero la playa seguía desapareciendo y el agua acercándose. ¿Dónde estaba esa protección del dominio público-terrestre que dejaron morir?
Llegamos a la actualidad y deciden dibujar un deslinde para delimitar lo que es el suelo público y lo que no. Y una ley que durante décadas ha sobrevolado Dénia sin detenerse a mirar sus playas de pronto las pone en el punto de mira. Ya no era esa herramienta protectora.
Para dibujar el deslinde no se atiende a los planos del 88, por supuesto. Se dibuja teniendo en cuenta la situación de ese momento, con una línea de costa que ha llegado hasta ahí debido a que la ley no ha actuado para evitarlo. Esto afecta a 3600 viviendas, de las que 135 pasarán a dominio público.
A su vez, no obstante, se llevan a cabo por fin trabajos de regeneración de la costa y se han vuelto a ganar decenas de metros de arena frente a Les Deveses. ¿La línea se ha adaptado a la nueva realidad? Ni se dibuja conforme a la situación de cuando se creó la ley ni se dibuja conforme a la situación actual, sino a la de hace unos meses que era cuando menos dominio público quedaba, y no hay más que hablar.
¿Qué sucede con las viviendas que pasan a dominio público?
Estas viviendas completas o partes de ellas, como terrazas o piscinas, pertenecerán al Estado de no llegar a un acuerdo tras presentar apelaciones y los largos procesos judiciales que se atisban en el horizonte. No obstante, el futuro no es muy optimista.
Imagen: Marcación para delimitar la zona de dominio público en en litoral de Dénia
Marcación para delimitar la zona de dominio público en en litoral de Dénia
Si logran el beneplácito de Costas, los dueños de estas viviendas pueden conseguir una concesión para permanecer usándolas durante un periodo que puede llegar a los 75 años, aunque también a partir del primero se pueden reclamar para crear parques o paseos. Esto si Costas finalmente acepta la concesión. Es decir, las familias propietarias y que vivían en estas casas pasarían a ser inquilinas temporales de sus hogares, por muchas generaciones suyas que hayan pasado por esas puertas.
¿Reciben los propietarios alguna indemnización como ocurre en el caso de las expropiaciones? Pues no.
¿Qué es la zona de servidumbre y cómo afecta a las 3600 viviendas de Dénia?
En la zona de servidumbre, que afecta a 3600 viviendas del litoral de Dénia, las casas no pasan a dominio público, pero se limita legalmente su uso. Es decir, las familias siguen siendo las propietarias, pero hay un órgano superior, en este caso el Ministerio, con poder de decisión sobre ellas.
Imagen: De la línea amarilla al mar es la zona que pasa a dominio público, y desde la naranja la zona de servidumbre
De la línea amarilla al mar es la zona que pasa a dominio público, y desde la naranja la zona de servidumbre
El principal inconveniente, y más inmediato, es que se prohibe el uso residencial en cualquier modalidad. Esto no quiere decir que no se pueda seguir viviendo en las casas, pero se dejará de permitir construir en los terrenos vacíos, se impedirán ampliaciones de la propiedad y en el caso de tener que afrontar reformas por males mayores, como derrumbes por temporales como sucedió en Les Deveses, se pueden llegar a poner grandes impedimentos para volver a levantar los muros.
Además, la compra-venta será prohibitiva ya que las entidades bancarias no conceden créditos para la adquisición de viviendas que se encuentran en zona de servidumbre.
¿Y el futuro?
Se puede presuponer que ésta es la primera fase, pues la previsión es que el mar siga subiendo. De hecho, según las previsiones de la propia Generalitat, a finales de este siglo el mar habrá superado esa zona de dominio público y habrá inundado varios metros de la zona de servidumbre (como se aprecia en el plano que acompaña estas líneas).
Imagen: La línea de costa (en morado) en el norte de Dénia para 2100 según las previsiones de la Generalitat
La línea de costa (en morado) en el norte de Dénia para 2100 según las previsiones de la Generalitat
Por lo tanto, la aparente única solución es volver a dibujar la línea de deslinde, actualizándose en una nueva fase dentro de unos años que empiece a apropiarse de cada vez más terreno, y viviendas, alejadas de la primera línea. El paso previo a una llegada del mar inevitable.
Posibles soluciones alternativas
¿Inevitable? Es una de las principales denuncias de la asociación, que la Ley de Costas se está esgrimiendo solo para adueñarse de propiedades que se construyeron siguiendo la legalidad y cumpliendo con lo detallado en los planes o normativas urbanísticas. También se podría hacer uso, según Ros, de dicha ley para tomar medidas como hacen otros países, recuperando el terreno al mar no solo con regeneraciones en las playas, sino con diques enterrados que hagan funciones similares a los corales o la posidonia de frenar la llegada de la ola, instalar escolleras en T a la italiana u otros proyectos que funcionan con éxito en zonas donde viven bajo el nivel del mar, como en el norte de Europa.
Ir atrasando el deslinde asumiendo como inevitable el avance del mar no es una solución, sino una rendición. Esta debería ser la última opción del gran abanico de posibilidades que permite una ley que se creó para proteger la costa de entonces y que, sin embargo, se usa para facilitar futuras costas fruto de la inacción.
Créditos: https://www.denia.com/de-la-ley-de-costas-del-88-al-deslinde-del-23-lo-que-hay-que-saber-para-entender-la-situacion-del-litoral-de-denia/