El destino de centenares de propiedades en 10 km de costa de Dénia pasa a depender del Estado en 2 semanas sin tiempo para protestar
El gobierno local, que se opondrá a los deslindes del Ministerio entre Les Deveses y Bassetes, denuncia que los mismos serán ejecutados el próximo 7 de noviembre apenas tres días después de que haya concluido el plazo de alegaciones
Lo que significa el deslinde: qué casas pasarán a propiedad privada y cuáles no
Ya no hay tiempo para más. El próximo 7 de noviembre está marcado en rojo para centenares o incluso miles de viviendas, negocios o parcelas (las cifras bailan según las fuentes) en primera o segunda línea del litoral norte de Dénia. Ese día, por sorpresa y sin tiempo para avisar, el Ministerio de Transición Ecológica hará efectivos a través de lo que se denomina acta de apeos tres deslindes diferentes a lo largo de diez kilómetros de la costa de la ciudad.
Unas pocas de esas propiedades pasarán a ser de titularidad pública y sólo podrán pervivir en régimen de concesión. La mayoría en cambio seguirán siendo privadas, pero sometidas a una serie de limitaciones por parte del Estado, como luego veremos.
Porque antes de todo eso, lo que ha causado cierta perplejidad es la rapidez con la que ha actuado el departamento de Costas del citado ministerio. Si bien el primero de esos deslindes, sobre 3,5 kilómetros del tramo de Les Deveses, el situado más al norte, fue incoado en febrero de este año, el expediente de los otros dos que cubren la totalidad del litoral norte de Dénia se inició este pasado 2 de octubre. No ha dado aún tiempo para nada: todavía se encuentran en periodo de alegaciones.
Esos dos deslindes nuevos son los que van del extremo sur de Les Deveses hasta El Palmar y de este último enclave al Primer Regatxo, ya en Les Bassetes.
«Lo de Costas es muy fuerte»
La concejala de Territorio de Dénia, la socialista Maria Josep Ripoll, subrayó que es «muy fuerte» que Costas haya convocado para el 7 de noviembre ese acta de apeos, «que lo que realmente hace es dar consistencia a los deslindes» cuando «todavía no han tenido tiempo ya no de contestar sino de estudiar las alegaciones». No en balde, el plazo del ayuntamiento para presentar esas alegaciones, agregó la edil, concluye el 3 de noviembre es decir apenas cuatro días antes de se produzca ese acta.
Ripoll señaló que como administración implicada, el ayuntamiento ha de presentar un informe que de hecho será sometido a pleno la próxima semana y que será desfavorable a las intenciones de Costas: «Estamos con los vecinos, colaborando con ellos, como ya lo estuvimos cuando se consensuó una moción con la Asociación Playas Norte cuando se planteó el deslinde de Les Deveses».
Es decir que en esta espinosa cuestión no hay diferencias entre las distintas fuerzas políticas de Dénia: todas apoyan las reivindicaciones vecinales en contra de esa delimitación del Ministerio. PP, Compromís o Gent de Dénia están por la misma labor. También en València, la Generalitat ahora de PP y Vox se opone a los deslindes, como ya publicó este diario.
Qué va a pasar con estas propiedades
Hay más debates. Otro estriba en cuántas propiedades están afectadas. Ripoll señaló que en dominio público quedarían doce viviendas y 180 parcelas. Pero falta todavía por calcular las que se verían abocadas a la zona de servidumbre. En marzo de 2022, la citada asociación de Playas Norte habló de un total de 1.700 viviendas o propiedades metidas en esta encrucijada.
Ahora bien, la distinción establecida por Ripoll es importante. Las propiedades que se ubiquen en dominio público marítimo-terrestre pasarán a propiedad pública. Eso no quiere decir que vayan a ser demolidas o que se conviertan en ilegales pero sí que todas esas construcciones o negocios funcionarán en régimen de concesión del Estado. De acuerdo con la ley de Costas, los deslindes van a generar unos derechos de compensación «a favor de los anteriormente propietarios».
Por el contrario, las parcelas, viviendas, hoteles o negocios que queden en la zona de servidumbre de protección -la franja de terreno colindante con el dominio público- seguirán siendo de propiedad privada. Sin embargo se prohibirán nuevas construcciones «de ningún tipo» y no se permitirá ampliar el volumen o la altura de las ya existentes.
Sí se podrán realizar obras de mejora que no impliquen un incremento de esa superficie pero para determinar cualquier uso en esta zona hará falta una autorización autonómica que a la vez antes deberá contar con un informe del Estado.
El cambio climático y las obras que ya están en marcha
Si Costas ha optado ahora por una medida tan severa es porque teme que con el cambio climático los temporales vayan a más y vivir en primera línea sea un auténtico riesgo para las personas, tal y como lo explica en este enlace. En este concepto el Ministerio no está solo: expertos o ecologistas advierten de que ha de reducirse la presión urbanística y humana sobre el litoral.
Ahora bien, los vecinos argumentan que el actual proceso de regresión de la costa nada tiene que ver con el cambio climático y que durante generaciones la arena de la costa se ha mantenido estable, hasta la construcción masiva de puertos y embalses. En Les Deveses todavía circulan fotografías con grandes franjas de arena delante de casas construidas hace un siglo. Otra cosa, claro, son las que se han erigido últimamente, como en el caso del Blay Beach.
De cualquier modo las asociaciones vecinales insisten en otra gran paradoja: la misma administración que por miedo a los temporales va a ejecutar un deslinde tan agresivo está acometiendo en la misma fachada marítima proyectos de regeneración para volver a recuperar esas playas y que las propiedades afectadas estén mucho más lejos del mar: la regeneración de Les Deveses ya está en marcha y ahora se está preparando la que va desde Punta dels Molins hasta el puerto.